El pacto para salvar al chavismo sin Maduro
En 1958 el Partido Comunista de Venezuela fue marginado del poder político y del nuevo bloque hegemónico que se adueñaba del país, luego de la rebelión democrática del 23 de enero. Pocos meses transcurrieron para que una de las principales fuerzas del alzamiento cívico militar que derrocó la dictadura perezjimenista, fuese zapateado. El Pacto de Puntofijo sellaba así el origen de un régimen de “alternabilidad”, de una forma de dominación que pervivió en Venezuela más de 40 años. El drama actual del régimen político chavista, aunque con cinco lustros de experiencia en la dominación, fue no haber consolidado un bloque tan eficiente y de tan largo aliento como el puntofijista. Sin profundizar en todas las determinaciones por razones de espacio, la ausencia de alternabilidad y la falta de acuerdos más extensos con facciones del capital criollo los obligó a construir, en parte, su propio brazo económico, bajo el respaldo de uno de los saqueos más abyectos y extendidos del que pueda habe