El destierro de la desesperanza
Venezuela se nos desparramó por el continente, por el mundo. El país nos expulsó, como con el odio más abyecto, de nuestras fronteras. Huimos también. Incluso, muchos de los que nos quedamos, con el tiempo hemos descubierto que la ficción y el realismo mágico ya no se encuentran en la literatura latinoamericana sino en la más absurda de nuestras condiciones reales. Entonces, la ficción dejó de ser el extremo de una interpretación rebuscada sobre nuestro mundo y pasó a ser, quizá, un tímido y sublime escape en el que encontramos refugio, escribiendo y leyendo; soñando y también actuando para que todo pueda ser mejor que nuestro alrededor actual.
Los cuentos cortos que escribimos en "El destierro de la desesperanza" narran esa versión fantástica de la Venezuela que nos queda entre el recuerdo y el presente. Fragmentos de nuestra realidad pasada y presente, que buscan refugio entre palabras fantasiosas e hirientes, en un intento de interpretarnos, de comprendernos y quizá de salvarnos de la muerte de nuestra venezolanidad.
Nos vemos entre el humor agresivo y mordaz de nuestro venezolanismo y la solidaridad e inocencia de nuestra condición irreductiblemente humana. Desde los ojos de un niño valiente, un muerto sangrando en el callejón de un barrio, o de una mujer que se pierde en el letargo del abandono, nuestro intento literario busca encontrarnos en la evocación de lo que fuimos y en la apuesta por lo que debemos ser, con el compromiso militante de no seguir siendo lo que no somos, esto que nos quisieron imponer a fuerza de atropellos, esto que rechazamos desde nuestras entrañas pero en lo que dolorosamente nos hemos convertido, incluso y a pesar de nuestra voluntad.
Es un intento para liberarnos... Y hasta el final estaremosvneciamente en el intento activo de la liberación social de nuestra inconfundible nación. Gracias por leernos.
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